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Se acaba la fiesta y todavía llevas el ritmo dentro, buscas alternativas, ¿casa?, ¿desayunar? ¿o continuar la fiesta? Esta última opción es bastante demandada, terminar de after en una nave y cosas varias.

¿Pero cómo comenzó este fenómeno?

Rave, rave dance o rave party se caracterizan por ser fiestas ilegales que suelen organizarse en lugares abandonados o zonas rurales.

Fue en 1950 en Londres donde comenzó a utilizarse el término rave (en castellano, delirar) para describir las fiestas bohemias salvajes que tenían lugar en los ambientes 

del Soho londinense. La palabra rave comenzó a ser utilizada posteriormente por la creciente subcultura joven rocker, mod y otras de los primeros años 1960 como una forma de describir cualquier fiesta salvaje en general. Las personas que eran asiduos de estas fiestas pasaron a denominarse ravers. 

Como consecuencia de la rápida transformación de la cultura pop británica desde la era rocker y mod y de otras subculturas de 1963-1966 hacia la época hippie, el término pasó a dejar de ser utilizado.

Desde mediados de los años 1980 una nueva subcultura de corte psicodélico emergió y comenzó a hacerse popular, especialmente en Inglaterra. El sonido que impulsó este fenómeno era música electrónica de baile, tanto techno como acid house.  A las raves que comenzaron a desarrollarse se las conocía también como Acid House Parties. Estas fiestas fueron renombradas como rave parties por la prensa sensacionalista a partir del verano de 1989, también conocido como Segundo Verano del Amor (por la llegada del éxtasis a Londres) , período transcurrido entre los años 1988 y 1989 en Reino Unido.

Durante este tiempo, se desarrolló el acid house que sirvió de banda sonora para a cultura rave. El acid house se extendía, y el éxtasis, importado ya en grandes cantidades, había transformado a la juventud inglesa.

Ya a principios de 1989, empiezan a popularizarse un nuevo tipo de fiestas a campo abierto. El modus operandi de las raves había cambiado: no bastaba con anunciar vía flyer un lugar y una hora para la fiesta, sino un punto de encuentro desde el que conducir con sigilo a los ravers hacia la celebración real. 

Una “Rave”, por definición, siempre sucede en un lugar apartado de acceso rebuscado, que exige pistas e indicaciones para dar con su localización en el mapa. Colston-Hayter (conocido como el “Acid House King” por su rol de promotor de raves en la época de los 80), dio con la fórmula ideal de la época para extenderse a los adeptos, el teléfono móvil.  Colston supo encontrar en él un modo de conectar con los ravers, alejado del radio de influencias de la policía, capaz de permitir la dosificación de pistas, dar instrucciones de guía y revelar el lugar de la cita con la posibilidad de apurar hasta el último segundo.

Llegado este momento, ya nadie podía parar una rave.

Y pueden surgir de cualquier forma y en cualquier lugar, como los que viajaban en el metro de Londres en pleno día se encontraron con una fiesta en uno de los vagones. Drum & Bass, luces de discoteca y el Mc Harry Shotta fueron los ingredientes de esta fiesta improvisada. Mucha de la gente que pasaba por allí se unió rápidamente a la fiesta. Las caras de las personas que veían la fiesta desde el andén eran todo un poema. Pero a los pocos minutos la policía intervino y acabó con la fiesta. Aún así nos queda el vídeo de la fiesta que se montó.

 

En España, la celebración de este tipo de fiestas ilegales no es algo nuevo o desconocido, pero cada vez está más en auge ante el aumento de la vigilancia policial derivada de la Ley Antibotellón. A esto se le une la demanda de los más jóvenes de continuar la diversión una vez que los pubs y discotecas cierran y ante la falta de locales «afterhours». El fenómeno «rave» se ha asociado con frecuencia al consumo de alcohol, bebidas estimulantes y diversas drogas ilegales como el éxtasis y la cocaína, cada uno es responsable de sus actos, pero no por esto se debe mirar a este tipo de fiestas como una reunión de alcohol y droga, si no como una forma de sentir la música, cada uno a su manera.

Continúa la fiesta, nos vamos de Rave

14/01/2018

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